Actualmente el masivo uso del papel en planta y las tediosas labores administrativas para su recolección y procesamiento están convirtiendo al papel en el enemigo de la digitalización empresarial.
Aunque creamos que el papel lo soporta todo pudiendo reescribir, tachar, cambiar el contenido, añadir notas… en el fondo se ha convertido en el obstáculo que nos detiene en el salto a la Industria 4.0. Cuando vemos esas montañas de papel decidimos que va a ser la última vez que se nos acumule tanto papel, pero el día a día nos acaba superando no pudiendo establecer un punto de inflexión.
Está claro que los procesos que siguen definidos en papel como los test de calidad, la trazabilidad de productos, las tomas de tiempos de incidencias y operarios, las firmas personales por operación y la actualización de datos en paneles de planta… no son sencillos de digitalizar por todos los vínculos incluso legales que tienen establecidos a nivel empresarial, pero por suerte actualmente tenemos disponible la tecnología para dar el paso.
Lo único que se requiere es el convencimiento y la motivación para tomar la iniciativa y comenzar el camino de la digitalización.
Además es seguro que tomar este camino nos ayudará a simplificar y mejorar algunos procesos puramente administrativos que realizamos actualmente y que a lo largo de los años nadie se los ha cuestionado.
En el momento de representar gráficamente el flujo de información a lo largo de la planta nos empezamos a cuestionar todos los aspectos organizativos que casi siempre concluyen en agilizar el proceso mediante el soporte que nos proporciona la digitalización.
En un proyecto de este tipo el primer paso suele ser definir cuáles son los procesos más importantes en cada planta de cara a priorizar un plan de acción en base a un cálculo de coste/beneficio por cada acción. Esto nos ayudará a definir un plan estratégico de digitalización empresarial como primer paso de la etapa digital de nuestra empresa.
Jon Oihenarte
Director de Proyectos Digital Enterprise
Planning Manufacturing